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El placer virtual del fetichismo

Fetichismo

Los fetiches sexuales pueden ser muy diversos, desde un objeto, sustancia o zona en particular del cuerpo, sin que tenga porque estar asociado a la genitalidad, a través de los cuales los fetichistas obtienen de una forma recurrente la excitación u orgasmo.

Según los expertos los casos de fetichismo se dan en el 90% en varones. En este porcentaje influye la forma del hombre de practicar el sexo, pues puede prescindir de las caricias y los preliminares para excitarse, obteniendo el placer mediante otros estímulos, especialmente visuales. Son los usos y las costumbres los que hacen que surja el fetichismo, ya que una vez más, el deseo nace de lo prohibido. Los tabúes en torno al sexo generan deseos y conductas que centran su atención en objetos simbólicos. En el fetichismo, el hombre o la mujer sustituye el objeto de deseo (la persona deseada/o) por una parte de ella/el, ya sea de su cuerpo o un objeto que utilice. Las conductas sexuales se van originando desde la infancia. Dijo Freud que la atracción por el pie femenino deriva de una sexualidad infantil, donde esta parte del cuerpo sustituye a la otra, la genital, ya que la mujer, en este caso la madre, objeto de deseo del niño, no posee pene.

¿Qué es un fetiche?

La elección de uno u otro objeto encuentra su respuesta en una impresión sexual experimentada por lo general durante la primera infancia en un proceso de aprendizaje en el que la persona asocia el fetiche a procesos fisiológicos o psíquicos que condicionan la conducta sexual. La palabra fetichismo deriva del francés “fetiche”, una adaptación del término portugués: –feitiço-que proviene del latín “facticium”, cuyo significado es ídolo, falso, artificial. La expresión –feitiço- la comenzaron a utilizar los colonizadores portugueses cuando entraron en contacto con las religiones animistas de África, estas con sus objetos de culto invocaban o simbolizaban la virilidad, la fertilidad…etc… Este término no se empleó en el ámbito de la ciencia sexológica hasta el siglo XIX, cuando el psicólogo francés Alfred Binet lo utilizo para describir el fenómeno por el cual algunas personas adoraban determinados objetos del amado, en lugar de adorar al amado.

Todos somos algo fetichistas:

Para la psicología fetichista, el fetichismo despiértala la parte más primitiva del ser humano en cuanto a sentimientos e imaginación, recurriendo a las fantasías sexuales orientadas a un objeto, parte del cuerpo o situación que le provoca una excitación sin precedentes y le conduce al máximo placer sexual. Hablar de fetichismo con un fetichista, es hablar de morbo en estado puro. El fetichismo (como práctica sexual inofensiva) es uno de los juegos eróticos más frecuentes. En principio, aunque el fetichismo es más frecuente entre los hombres, todos y todas somos en cierto grado un poco fetichistas: sentimos debilidad por alguna camisa o ropa de nuestro amante, su olor y perfume, atesoramos algún objeto que le pertenece o le ha pertenecido: una pulsera, un anillo, una prenda de vestir, un pañuelo etc… De los cinco sentidos, para el fetichista el más importante es el olfato: el perfume, el aroma que se fija en determinadas partes del cuerpo o en ciertas prendas (ropa interior, medias).

También es fundamental el tacto: el fetichista puede alcanzar el orgasmo simplemente tocando o poniéndose el objeto fetiche, la seda, el terciopelo, la piel o los materiales como el cuero y el caucho son de culto para los fetichistas. Las prendas que comprimen y ciñen: cinturones, corsés, sujetadores, zapatos, botas…la lista de posibles fetiches puede ser de lo más variada y amplia. Para el fetichista, los genitales pasan a un segundo plano. Amplían su abanico de posibilidades, añadiendo diferentes maneras de obtener placer que para muchos otros serían incomprensibles o aberrantes.

¿Fantasía o parafilia?

Un fetiche, dependiendo del grado y del subtipo, puede introducirse en la dinámica de una relación planteándolo como un juego y nunca con imposiciones. Para que llegue a formar parte del repertorio sexual de la pareja, como una fantasía más donde la sexualidad se enriquece con la variación de juegos, caricias y fantasías, lo que no puede es llegar a convertirse en la exclusiva forma de iniciar el juego sexual. El fetichismo sexual puede convertirse en una patología cuando es el objeto fetiche de forma separada y exclusiva y no la persona que lo porta, lo que excita y satisface sexualmente. Es decir, hay un problema cuando sin la presencia del fetiche, la persona no es capaz de sentir satisfacción sexual con la pareja, o en los casos de parafilias que provocan problemas en la persona que lo padece o en terceros por sus componentes de perversión.

Tipos de Fetiches:

-Podofilia: Como práctica fetiche por excelencia es la excitación sexual por los pies, acariciarlos, olisquearlos, besarlos, lamerlos y morderlos son las conductas más comunes, aunque depende de las fantasías. Algunos estudios sostienen que los genitales y los nervios de los pies se encuentran en áreas contiguas del córtex somático-sensorial y por tanto pueden cruzarse entre éstos.

Además algunos de ellos afirman que el olor vaginal y el que segrega el pie tienen cierto parecido o, por otro lado, que las curvaturas del cuerpo femenino se asemejen a las del empeine. Esta zona del cuerpo contiene una infinidad de nervios conectores que estimulados de la manera apropiada, pueden llevar la experiencia sexual a un nivel completamente nuevo, tanto en hombres como en mujeres. -Altocalcifilia: Centra su atención en prendas u objetos femeninos, como el calzado de tacón. .Dentro del mundo de los fetiches este es quizás el más común, siendo los tacones altos la preferencia para la mayoría de los hombres. Muchos tienen como fantasía sexual hacer el amor con una mujer que lleve puesto sólo un par de estos zapatos. -Misofilia: El orgasmo se alcanza oliendo o masticando la ropa sudorosa o sucia o con productos para la higiene femenina. -Olfatofilia: La excitación llega tras olfatear los olores de las distintas partes del cuerpo, como los genitales y las zonas cercanas. -Dorafilia: El hombre se excita tocando cabello, pelo, cuero o piel y no sólo humano sino también de animales. . Ejemplos: “Cabello”: Aunque no sea su único atractivo, hay una razón por la que las modelos de Victoria´s Secret suelen tener largas y sedosas cabelleras. El fetiche del cabello suele ser un atributo femenino y dispara el atractivo sexual dependiendo de las preferencias de color, largo, textura, etc…a muchas mujeres por su parte, suelen encantarles cosas como la barba, bigote o pelo en pecho. “Cuero”: Este es quizás uno de los fetiches sexuales más conocidos, y en el mundo existen tiendas, clubes y convenciones dedicadas enteramente a la exploración de este material dentro de los juegos sexuales. El cuero, especialmente negro, se ha convertido en un símbolo sexual universal, sobre todo cuando lo viste una mujer de manera ceñida o un “chico malo” en su moto. El fetiche no se detiene ahí e incluye látigos, máscaras, correas, etc -Estigmatofilia: La persona se excita por una cicatriz, tatuaje o perforación en el cuerpo de la pareja, normalmente en la zona genital. Los “Piercings” son los Preferidos en la población menor de 40 años, pudiendo llegar a ser joyas de diversos tamaños, formas y colores que adornan ciertas partes del cuerpo como la lengua, labios, pezón y las zonas genitales y que presentan un gran atractivo si están ubicadas en partes de interacción sexual.